martes, 22 de enero de 2008

FEMINICIDIO

Mal empezamos el año cuando ya van seis mujeres asesinadas por hombres que no podían vivir sin ellas, pero que en vez de matarse para ser coherentes con su abandono optan por cortarles antes el cuello. No es de extrañar entonces que hasta la vicepresidenta Fernández de la Vega, feminista reconocida, manifieste que hay que ampliar la ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género porque no funciona. Algo de eso debe haber porque antes de empezar una conferencia sobre el tema me abordó un joven Guardia Civil, especializado en los delitos contra la violencia de género, para lamentarse de que no existe coordinación ni información transversal entre los distintos estamentos involucrados en la violencia machista: Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, hospitales y centros de Salud y sistema judicial. No existe cruce de información, base de datos globalizada sobre esta preocupante patología social. Cada uno hace su trabajo –se supone que bien- y ahí se queda guardadito y tremendamente aislado en el disco duro de su ordenador. Falta eficiencia, que se dice ahora, o eficacia que se decía antes.
Feminicidio es un neologismo que la prensa mexicana ha creado para denunciar las matanzas de mujeres en la ciudad de Juárez (México) y en Ciudad de Guatemala (Guatemala). Debido a que se pueden considerar estos asesinatos como una forma de genocidio de mujeres, que además no son investigados por la justicia local. En Guatemala las mujeres luchan porque el Gobierno apruebe la ley contra el feminicidio. “El fracaso del sistema judicial guatemalteco es total. De las 3.500 mujeres muertas sólo ha habido 13 condenas”, dice en la prensa Mercedes Hernández, de 29 años y huída de su país.
Ya sé que aquí no pasan estas cosas y que somos modelo a imitar en leyes progresistas. Sin embargo, debemos perfeccionar el sistema para que sea operativo y la investigación se centre siempre en el agresor. Para que se conozcan sus pasos. Sólo de esta forma se conocerán sus intenciones. Hay que tomar conciencia de que estos maltratos y asesinatos no son un problema privado o doméstico. Es un grave problema social, de Estado y de Salud, que pasa factura a la economía española. Desde 1999 la violencia de género ha acabado con la vida de 530 mujeres en España. Ni el terrorismo de ETA supera esta lacra.

Publicado en Heraldo de Aragón el martes 22 de enero de 2008

No hay comentarios: